MarÃa del Rosario, Anaité y MayarÃ

Nuestra historia trata de Miguel Hernà¡ndez, el marido de Maràa del Rosario, Anaité y mi padre.

 

Este evento tuvo lugar del 29/11/2020 al 22/12/2020

 

El descubrimiento

En diciembre de 2020 a Miguel Hernà¡ndez le diagnosticaron infeccià³n urinaria, pero los sìntomas (dolor en la parte media de la espalda, indigestiòn) seguìan siendo fuertes despuès de la medicacià³n. Así que acudió a un gastroenterólogo. Ordenó varios exámenes, entre ellos: un examen (CA19-9) y una tomografía, y así fue como se diagnosticó.

 

Esta es mi historia

Nuestro padre cuidaba mucho de su salud. Le diagnosticaron diabetes en 1999, pero debido a lo bien que se cuidaba le dijeron que no necesitaba la insulina al cabo de un tiempo. Después controló el azúcar alto con medicamentos, no con insulina. En 2020 volvió a tener el azúcar alto, seguía con la misma dieta y la misma medicación, no hacía el mismo ejercicio que antes debido a la pandemia. Así que empezó a hacer ejercicio en casa, pero el azúcar no bajaba. A finales de noviembre el médico le dijo que se hiciera nuevos exámenes y, aunque algunas cosas no estaban en los niveles normales, el médico dijo que todo estaba bien. A finales de noviembre empezaron los dolores en la parte media de la espalda y la indigestión el médico dijo que era una infección urinaria, pero los síntomas seguían siendo fuertes y empeoraban. Así que fue a un nuevo médico, un gastroenterólogo, que ordenó varios exámenes, entre ellos: un examen (CA19-9) y una tomografía y fue entonces cuando el médico le dio la noticia a mi madre, esto fue el 17 de diciembre. El cáncer de nuestro padre estaba encapsulado en la cola del páncreas y se había extendido al estómago. El médico dijo que ni siquiera una ecografía lo habría detectado. Otro médico, amigo de la familia, nos dijo que era demasiado tarde y que teníamos poco tiempo, dijo que quizá no llegara al año siguiente, desgraciadamente tenía razón. Creo que no comprendimos el poco tiempo que nos quedaba, nuestro padre murió el 22 de diciembre. Ni siquiera una semana después de ser diagnosticado. Era un hombre maravilloso, maravilloso, tuvimos el privilegio de estar con él todo el tiempo. Nos reconforta mucho que no sufriera durante mucho tiempo, pero por supuesto desearíamos tener mucho más tiempo con él. Y por eso queremos compartir esta historia. Hay que estar informado para poder actuar a tiempo con esta enfermedad y queremos compartir con los demás para que otras familias puedan tener más tiempo con sus seres queridos.

 

El impacto del tiempo

El tiempo lo es todo. Pasábamos muy poco tiempo con nuestro padre. El diagnóstico se hizo el 17 de diciembre y nuestro padre murió el 22 de diciembre. No ha pasado ni una semana desde el diagnóstico. A menudo nos preguntamos qué habría pasado si los síntomas hubieran empezado antes y cuánto antes deberían haber sido para que siguiéramos juntos.