Julie
Mi historia es sobre John
Este evento tuvo lugar del 24 de mayo de 2014 al 25 de septiembre de 2014
El descubrimiento
Se descubrià³ a raàz de una visita a urgencias por un ardor de està³mago continuo que llevaba unos 2 meses
Esta es mi historia
Mi prometido, el padre de mi hija, de solo 43 aà±os, fue diagnosticado el fin de semana del dàa de los caàdos de 2014 y fallecià³ solo 4 meses después. Se le diagnosticà³ el estadio 4, con metà¡stasis en el està³mago y el hàgado.
Al principio pensaron que podràa ser cà¡ncer de hàgado y nunca desearàa que alguien tuviera cà¡ncer, pero realmente esperaba que fuera de hàgado porque ya conocàa el resultado del cà¡ncer de pà¡ncreas. Iba cada dos semanas a recibir quimioterapia. Creo que fueron unas 6 horas las que tuvo que estar en el centro de tratamiento y luego tuvo que llevar una bomba de quimioterapia durante casi 2 dàas después. De las 2 semanas tuvo suerte de tener 2 dàas realmente buenos en los que queràa salir de casa, comer, salir, hacer cualquier cosa menos estar tumbado en la cama o en el sofà¡.
Han cambiado tantas cosas tan rà¡pidamente. Hasta entonces no tenàa la pérdida de peso que suele asociarse al cà¡ncer de pà¡ncreas. No tenàa ninguno de los signos tàpicos mà¡s conocidos. Lo àºnico que podràa considerarse fuera de lugar era la falta de energàa y la persistente acidez de està³mago. Bueno, él estaba en sus primeros 40 aà±os, la pérdida de energàa sucede, ¿verdad? Unos 2 meses antes cenamos tacos y usamos jalapeà±os frescos (cosa que nunca hemos hecho) asà que la acidez pasa por ahà ¿no? No me mencionà³ que habàa sido bastante continuo durante unas semanas. Esperà³ hasta el fin de semana del Dàa de los Caàdos para ir a Urgencias porque no queràa interrumpir las dos àºltimas semanas del curso escolar. Creo que sabàa que algo andaba muy mal pero no me lo hizo saber.
Nuestra hija sà³lo tenàa 6 aà±os en ese momento y me sentà mal al tener que ir a trabajar y dejarlas para que se cuidaran mutuamente durante todo el verano. A mediados de septiembre se dio cuenta de que su està³mago estaba hinchado. Fuimos al hospital y nos drenaron el làquido. Dos dàas después, el làquido comenzà³ a acumularse de nuevo, lo que le llevà³ al hospital. El primer par de dàas estuvo bien hasta que vino el médico y nos dijo que, a pesar de los tratamientos de quimioterapia, el cà¡ncer se habàa extendido a la pared abdominal. Podàan probar una quimioterapia diferente para intentar mantener a raya ese cà¡ncer, pero él se negà³. ¿Quién podràa culparle? Ciertamente no podràa. Verle pasar de la persona que era a la persona en la que se habàa convertido fue horrible.
Pasà³ sus àºltimos 10 dàas en el hospital. Fallecià³ a las 4 de la maà±ana del 25 de septiembre. No deberàa haber esperado menos del hombre con el que llevaba mà¡s de 10 aà±os, que disfrutaba de sus fogatas y cervezas de fin de semana y que normalmente no entraba hasta altas horas de la madrugada. Nunca lo olvidaremos. Nunca dejaré que nuestra hija lo olvide. Los que dejà³ atrà¡s lo echarà¡n de menos para siempre.
El impacto del tiempo
Realmente no te das cuenta de lo corto que es el tiempo hasta que descubres que no te queda mucho. Saber que el tiempo que queda ni siquiera serà¡ de calidad por el intento de tratamiento es aàºn peor.